Quererse sin caer en el ego: El arte del equilibrio emocional

Hoy queremos hablaros sobre el ego. Es una pregunta frecuente: ¿cómo podemos querernos a nosotros mismos sin caer en el egoísmo y la egolatría?

El delicado equilibrio entre el ego y el amor propio. La línea que separa el ego desmesurado de un sano amor propio puede ser muy sutil, pero es fundamental reconocerla para nuestro bienestar. Aquí te explicamos dónde reside ese límite:
Amor propio: La base de la salud mental
El amor propio es un sentimiento de aprecio y valor hacia uno mismo. Implica reconocer nuestras cualidades, aceptar nuestras imperfecciones y cuidarnos física y emocionalmente. La base está en fomentar y trabajar la autoconfianza, el autocuidado, la resiliencia y la empatía.
Cuando nos queremos a nosotros mismos, podemos establecer relaciones saludables, contribuir positivamente al mundo y encontrar satisfacción en nuestros logros y en nuestro crecimiento personal.
Ego desmesurado: La prisión de la inseguridad.
El ego desmesurado, por otro lado, es una exageración del sentido de la propia importancia, a menudo impulsada por una profunda inseguridad. Un ego desmesurado te hará sentir la necesidad constante de validación de los demás, creerás ser superior menospreciando los logros y cualidades de otros. Te hará actuar con desdén imponiendo tu propia voluntad, verás mermada tu empatía por lo que no entenderás los sentimientos de los demás. Muy probablemente estarás a la defensiva ante cualquier crítica y tu miedo al fracaso hará que evites situaciones donde tu imagen y la perfección no están garantizadas. Es bastante probable que te compares con los demás, no crearás nada propio y la envida y vanidad estarán presentes en todo momento.
El ego desmesurado crea una barrera entre la persona y el mundo, impidiendo el aprendizaje, el crecimiento y las relaciones significativas. En lugar de una fuente de fortaleza, se convierte en una fuente de ansiedad y soledad.
Si crees tener problemas al respecto, no dudes en contactar con nosotras.