El Día de la Madre es más que una celebración.
Es una oportunidad para reflexionar sobre esa relación única que tenemos con la figura materna, ya sea una fuente de amor o de dolor. Es natural que, en ocasiones, este día despierte sentimientos encontrados: desde gratitud y nostalgia hasta tristeza o frustración.
No importa lo que sientas hoy, lo importante es validar tus emociones tal y como son. Es completamente normal experimentar pensamientos contradictorios, y reconocerlos es el primer paso para comprenderlos y aceptarlos.
En la psicología cognitiva, sabemos que nuestros pensamientos influyen profundamente en nuestras emociones. Quizás te encuentres idealizando el pasado, o tal vez sintiendo resentimiento por lo que no fue. Identificar esos pensamientos automáticos es clave para empezar a ver las cosas desde una nueva perspectiva.
Este Día de la Madre, te invitamos a hacer una pausa y preguntarte:
¿Qué pensamientos están detrás de lo que siento hoy?
¿Son pensamientos realistas o idealizados?
Como dijo Carl Jung, “No somos lo que nos sucede, somos lo que elegimos ser”.
Esto nos recuerda que tenemos el poder de elegir cómo interpretamos nuestras experiencias y cómo dejamos que nos afecten. Al tomar conciencia de nuestros pensamientos, podemos comenzar a cambiar cómo nos sentimos y cómo nos relacionamos con ellos.
Si alguna vez sientes que explorar estos sentimientos o pensamientos te resulta difícil, o si te gustaría contar con un acompañamiento para entender mejor lo que estás viviendo, estamos aquí para ayudarte. A veces, un espacio de reflexión puede ser el primer paso para lograr una mayor claridad y bienestar emocional.



